viernes, 18 de febrero de 2011

¿Hasta cuándo las ridículas unidades de transporte público?

Autor: Luis Roldán Ríos Córdova.



Viejos, inseguros, así son los "micros" de
transporte urbano e interurbano.
Creo que la ciudad de Iquitos, una de las más importantes de la Amazonía, se merece ya desde algún tiempo contar con un moderno parque automotor de servicio público masivo, acorde al siglo XXI.

Estas unidades de transporte público de pasajeros que más tienen de ridículas que de atractivo turístico, como alguien los cataloga, deben ser ya retiradas de circulación por motivos razonables. ¿De quién o de quiénes depende la presencia de estas anticuadas unidades? ¿Acaso del pésimo gusto de los empresarios, de la indiferencia del sector Transporte, de la Municipalidad metropolitana, del Gobierno Regional? O es una concertación entre la avaricia de los empresarios y la indiferencia de las autoridades.

La presencia de las actuales unidades de transporte público masivo, se puede interpretar como el triunfo del poder de la codicia empresarial que defiende sus intereses particulares sobre el poder de la autoridad que debe defender los intereses públicos. Tal vez no haya una ley que permita a las autoridades obligar a estas empresas a modernizarse, pero mi crítica va en el sentido de la inoperancia al respecto para buscar el camino adecuado a fin de modernizar estas unidades, en común acuerdo. No sé si alguien los puede calificar como atractivos turísticos. Dudo que el turista venga atraído por la presencia de estos peligrosos y destartalados carros, más bien los fotografían para mostrar a sus amigos lo atrasados que andamos también en esto.

Al margen de ello. ¿Saben las autoridades competentes y las incompetentes el sufrimiento que pasa a diario el pasajero que utiliza estos estropeados, sucios e inseguros vehículos? Probablemente no lo sepan porque nunca suben a uno de ellos.

Aquí algunas experiencias, para su conocimiento:
  • Al montar una giba se levanta sorpresivamente una tabla del piso debajo de los pies y si la giba es ancha, todos los de atrás vuelan en sincronizado salto y se quejan al unísono al volver de golpe sobre el asiento.
  • Al levantarse del asiento, alguna punta de la lata con la que cubren los espaldares te rompe la camisa o el pantalón.
  • Si vas sólo en el asiento tienes opción de abrir las piernas para poder alcanzar cierta comodidad de tal manera que al llegar a tu destino ya no puedes cerrarlas; si no estás sólo, tienes que sentarte estilo Gioconda, o aguantas la presión de tus pobres rodillas contra la lata del espaldar del asiento delantero, porque la estrechez entre un asiento y el otro están diseñadas sólo para ganar dinero, la comodidad del pasajero no le interesa ni a los propietarios ni a las autoridades.
  • Cuando llueve, mejor te bajas a sombrear en alguna vereda.
  • En horas punta (no sé si se llama así porque todo el mundo se puntea) es la hora que se llenan tanto que nadie respeta a nadie.
  • En algunas unidades, se aprecia que las paredes laterales del carro se balancean de un lado a otro, dando la impresión de que en cualquier momento se vienen abajo.
  • Algunos asientos son tan duros –ya se imaginarán cómo sufrimos los que hemos llegado tarde a la repartición de nalgas– que en los baches parecen patadas.
Creo que la población de la ciudad más importante de la Amazonía merece mejor suerte. Tenemos que modernizar nuestro parque automotor de servicio público masivo. Creemos que con buena voluntad, el Municipio Metropolitano, la Dirección de Transportes, el Gobierno Regional y los propietarios de estas unidades de transportes deben sentarse urgentemente para tratar este asunto que tiene mucho que ver con la imagen que se llevan de Iquitos los visitantes nacionales y extranjeros. El Municipio puede ofrecer facilidades de tipo documentario, Transporte encargarse de algunas facilidades legales que puedan tomarse como simplificaciones administrativas, el Gobierno Regional puede propiciar mecanismos de financiamiento a los propietarios, sin pelearse, sin mezquindades, todo en bien de la población de Iquitos que anda por el medio millón de habitantes y en salvaguarda de su imagen como ciudad que en buena cuenta es imagen de sus autoridades.

Creo que los usuarios podemos pagar lo justo para viajar cómodamente sentados, con cobradores y chóferes bien vestidos y bien educados. Pido a los candidatos, en esta campaña incluyan en su programa de trabajo la solución de este problema que ya no debe ir más allá del presente año.

(Tomado del diario La Región del martes 27-Abr.-10).

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