Autor: Luis Roldán Ríos Córdova.
Viejos, inseguros, así son los "micros" de transporte urbano e interurbano. |
Estas
unidades de transporte público de pasajeros que más tienen de ridículas que de
atractivo turístico, como alguien los cataloga, deben ser ya retiradas de
circulación por motivos razonables. ¿De quién o de quiénes depende la presencia
de estas anticuadas unidades? ¿Acaso del pésimo gusto de los empresarios, de la
indiferencia del sector Transporte, de la Municipalidad metropolitana, del
Gobierno Regional? O es una concertación entre la avaricia de los empresarios y
la indiferencia de las autoridades.
La
presencia de las actuales unidades de transporte público masivo, se puede
interpretar como el triunfo del poder de la codicia empresarial que defiende sus
intereses particulares sobre el poder de la autoridad que debe defender los
intereses públicos. Tal vez no haya una ley que permita a las autoridades obligar
a estas empresas a modernizarse, pero mi crítica va en el sentido de la
inoperancia al respecto para buscar el camino adecuado a fin de modernizar estas
unidades, en común acuerdo. No sé si alguien los puede calificar como
atractivos turísticos. Dudo que el turista venga atraído por la presencia de
estos peligrosos y destartalados carros, más bien los fotografían para mostrar
a sus amigos lo atrasados que andamos también en esto.
Al
margen de ello. ¿Saben las autoridades competentes y las incompetentes el
sufrimiento que pasa a diario el pasajero que utiliza estos estropeados, sucios
e inseguros vehículos? Probablemente no lo sepan porque nunca suben a uno de ellos.
Aquí
algunas experiencias, para su conocimiento:
- Al montar una giba se levanta sorpresivamente una tabla del piso debajo de los pies y si la giba es ancha, todos los de atrás vuelan en sincronizado salto y se quejan al unísono al volver de golpe sobre el asiento.
- Al levantarse del asiento, alguna punta de la lata con la que cubren los espaldares te rompe la camisa o el pantalón.
- Si vas sólo en el asiento tienes opción de abrir las piernas para poder alcanzar cierta comodidad de tal manera que al llegar a tu destino ya no puedes cerrarlas; si no estás sólo, tienes que sentarte estilo Gioconda, o aguantas la presión de tus pobres rodillas contra la lata del espaldar del asiento delantero, porque la estrechez entre un asiento y el otro están diseñadas sólo para ganar dinero, la comodidad del pasajero no le interesa ni a los propietarios ni a las autoridades.
- Cuando llueve, mejor te bajas a sombrear en alguna vereda.
- En horas punta (no sé si se llama así porque todo el mundo se puntea) es la hora que se llenan tanto que nadie respeta a nadie.
- En algunas unidades, se aprecia que las paredes laterales del carro se balancean de un lado a otro, dando la impresión de que en cualquier momento se vienen abajo.
- Algunos asientos son tan duros –ya se imaginarán cómo sufrimos los que hemos llegado tarde a la repartición de nalgas– que en los baches parecen patadas.
Creo
que la población de la ciudad más importante de la Amazonía merece mejor
suerte. Tenemos que modernizar nuestro parque automotor de servicio público
masivo. Creemos que con buena voluntad, el Municipio Metropolitano, la Dirección
de Transportes, el Gobierno Regional y los propietarios de estas unidades de
transportes deben sentarse urgentemente para tratar este asunto que tiene mucho
que ver con la imagen que se llevan de Iquitos los visitantes nacionales y
extranjeros. El Municipio puede ofrecer facilidades de tipo documentario, Transporte
encargarse de algunas facilidades legales que puedan tomarse como simplificaciones
administrativas, el Gobierno Regional puede propiciar mecanismos de
financiamiento a los propietarios, sin pelearse, sin mezquindades, todo en bien
de la población de Iquitos que anda por el medio millón de habitantes y en
salvaguarda de su imagen como ciudad que en buena cuenta es imagen de sus
autoridades.
Creo
que los usuarios podemos pagar lo justo para viajar cómodamente sentados, con
cobradores y chóferes bien vestidos y bien educados. Pido a los candidatos, en
esta campaña incluyan en su programa de trabajo la solución de este problema
que ya no debe ir más allá del presente año.
(Tomado del diario La Región
del martes 27-Abr.-10).
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