Editorial

Iquitos, Septiembre 2010

Estimado lector:

Si los candidatos al Gobierno Regional y a las Municipalidades hubiesen tenido un poco de tino, no se hubiesen presentado ad portas de los comicios del 3 de Octubre, tachas interpuestas ante las autoridades electorales por supuestas irregularidades en la inscripción de las listas de candidatos.

Ha resultado poco creíble que fueron ciudadanos «a título personal» los que interpusieron las impugnaciones. Todo ello ha respondido a direccionalidades de políticos de oficio que no han hecho más que provocar sobresaltos en los distintos postulantes y en el propio electorado.


No cabe duda que Iván Vásquez y Jorge Mera han recibido más que un tremendo susto, una lección para que con la debida antelación revisen sus propias actitudes y eviten cometer errores que acarrean contrariedades y preocupaciones.

El panorama electoral ha vuelto a su normalidad. El elector tiene todas las opciones completas y ha de saber, con seguridad y mucha responsabilidad, dar su voto no a quien ha regalado a cambio –en unos casos- del respaldo popular, prendas íntimas y besos de mujeres. La mejor propuesta debe ser la gran ganadora.

El Director

Iquitos, Julio de 2010

Lucha regional: demasiadas imprecisiones

No estamos para rememorar a dirigentes regionales que otrora, supieron encarar los arrebatos del centralismo y que después sucumbieron hasta desaparecer vencidos por ambiciones políticas. El accionar de ahora, conforme se desarrollan los acontecimientos, no vislumbra un futuro promisor para los pueblos de Loreto.

A las actuales autoridades no les importa las necesidades más apremiantes de la población. Parece que se contentarían una vez que llegan al poder, hasta la proximidad de una nueva contienda electoral.

Tenemos un frente regional que de patriótico no tiene ni una micra, cuyos líderes dan las espaldas a los requerimientos populares, y pretenden vanamente luchar contra el monstruo centralista con el manoseado recurso de las paralizaciones; y lo que es peor, exponiendo causas que pecan de falsas y torpes.

La imprecisión es insostenible. Ni gremios, ni partidos políticos, ni autoridades pueden ponerse de acuerdo en algo tan substantivo: mejorar las condiciones de vida de las personas.