Los Poemas de Don Próculo Tardío




Humor Sutil
 Julio de 2012

Los nombres de nuestras calles

Por Plinio.
Llovía copiosamente aquella tarde abrileña. Los tres estudiantes de educación conversaban animadamente, arrimados en el carcomido balaustre de la vieja rotonda de la Plaza «28 de Julio». En cuanto escampe, «podremos regresar a casa», dijo Dagoberto Pashanaste. «No», intervino Pamelita Chú, ¿no quedamos en ir a visitara Don Próculo Tardío? «Si pues», anotó Lirio Blanco Puma, «es el octogenario poeta que al toque te escribe el poema más festivo».
«Qué tal, jóvenes ponguetitos, en qué se les puede servir», díjoles a guisa de saludo el verseador. «Queremos que nos escriba y luego declame en el bulevar, un poema que trate sobre los nombres de algunas de las calles de Iquitos». «No hay problem, no hay problem», les respondió. Llegado el día Tardío así empezó a declamar:
Leidis y llentlemens, peinaditos y cashacushillos, tablasiquis y huicsasapas:
A nadie le ha importado un ajo
los nombres de nuestras calles, y carajo,
por ello, el céntrico jirón Arica
seguramente por obra de algún marica
sigue llamándose así, y hasta ahora
no entiendo, al igual que doña Aurora,
por qué Participación se llama
una larga avenida que con calma,
se la puede recorrer todititita;
pero insisto, y esto no es mentirita
que de esa vía su nombre verdadero
es Prolongación Moore y es valedero
no seguir con Participación jorobando
y ni se tome el asunto como jugando.
Arica, insisto, no debe llamarse ese lar
tan amado, de significado sin par
que nos quitó la ambición chilena
pero volverá, lo juro por mi Marilena.
¿ Y del Malecón Tarapacá qué os puedo decir?
¿acaso también hay que revivir
el pasado ominoso de una derrota
que ganas da de zampar mi porrota
a esos chilenos jijunas y ambiciosos,
pendejos, llullampas y malosos?

¡Hey dicho!


Mayo de 2011

Los nombres de nuestras calles
Por Plinio.
Llovía copiosamente aquella tarde abrileña. Los tres estudiantes de educación conversaban animadamente, arrimados en el carcomido balaustre de la vieja rotonda de la Plaza «28 de Julio». En cuanto escampe, «podremos regresar a casa», dijo Dagoberto Pashanaste. «No», intervino Pamelita Chú, ¿no quedamos en ir a visitar a Don Próculo Tardío? «Si pues», anotó Lirio Blanco Puma, «es el octogenario poeta que al toque te escribe el poema más festivo».
«Qué tal, jóvenes ponguetitos, en qué se les puede servir», díjoles a guisa de saludo el verseador. «Queremos que nos escriba y luego declame en el bulevar, un poema que trate sobre los nombres de algunas de las calles de Iquitos». «No hay problem, no hay problem», les respondió. Llegado el día Tardío así empezó a declamar:
Leidis y llentlemens, peinaditos y cashacushillos, tablasiquis y huicsasapas:
A nadie le ha importado un ajo
los nombres de nuestras calles, y carajo,
por ello, el céntrico jirón Arica
seguramente por obra de algún marica
sigue llamándose así, y hasta ahora
no entiendo, al igual que doña Aurora,
por qué Participación se llama
una larga avenida que con calma,
se la puede recorrer todititita;
pero insisto, y esto no es mentirita
que de esa vía su nombre verdadero
es Prolongación Moore y es valedero
no seguir con Participación jorobando
y ni se tome el asunto como jugando.
Arica, insisto, no debe llamarse ese lar
tan amado, de significado sin par
que nos quitó la ambición chilena
pero volverá, lo juro por mi Marilena.
¿Y del Malecón Tarapacá qué os puedo decir?
¿Acaso también hay que revivir el pasado ominoso de una derrota?
Que ganas da de zampar mi porrota
a esos chilenos jijunas y ambiciosos,
pendejos, llullampas y malosos.
Nuestras calles, por fin un día tendrán a porfía otros nombres,
cuando el nuevo burgomaestre deje de ser un burromaestre.
¡Hey dicho!


Septiembre de 2010
 Futuro sombrío


Por Plinio.
“Francamente, ya no puedo entender a los políticos, si es que alguna vez los entendí”. Así se expresó Sócrates Caitimari, en diálogo ameno con sus vecinos Galileo Gordón y Cleopatra Levy. “Tienes razón, Shocro”,  afirmó Galileo, “Ya se viene esa mancha siniestra de individuos que dizqué, quieren gobernar con honradez y trasparencia”. Cleopatra a su vez anotó: “Sugiero que nos vayamos donde Don Próculo Tardío, un sorprendente poeta que en corto tiempo te escribe un poema sobre cualquier tema”.
Fueron donde el septuagenario escribidor. Previo acuerdo económico, el día y el lugar de la declamación, Don Próculo comenzó así a recitar:
Llentlemens y leidis, humasapas, casharos, huicungos, bizarroullos y pishcotas:
No es que sea pesimista, pero veo para Loreto
un futuro sombrío y es todo un reto,
señalar a tiempo al llullampa y al pillo
 con el acusador dedo malcriadillo.
He de procurar olvidar un ratito
el actuar estúpido de Alan el buchisapito
al indultar a un mafioso miserable
que, hoy prófugo, se ríe el detestable.
Volver, volver
El felón Juanca que fue mediocre alcalde
quiere volver, pues cree que de balde,
los otros candidatos a la comuna de Maynas
no llegarán; sólo él, ni de vainas.
Fíjense que el Charlito de ojos saltones,
quiere ahora la alcaldía mayor y a borbotones,
salen a flote sus flaquezas y mediocridades,
su doble visita a “Canadá” y con mezquindades,
niega que coqueteó con Fuji, es vago y aventón
 atolondrado, misio, oñoñoy e ignorantón.
No hay pues, para mi Maynas querido
un aspirante probo y bien nacido;
ni el bobo Monasí que dejó el pollo amarillo
por la banderita verde del fatal pelachito.
La presi del GOREL puede obtener el gallito Mera,
descarto a Yván y al pinsha Robin Riva que así quiera
hacer olvidar en un desenfrenado afán sin fin,
que no conoce y nunca tocó el violín.
¡Hey dicho!