José Carlos Rodríguez Nájar
“El
Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA) se creó en mayo 1972 como
un instrumento para tantear nuevas rutas en la reflexión teológica y la
práctica misionera desde las culturas amazónicas, iniciar un proceso de
formación de los agentes pastorales y realizar una actividad permanente sobre
la conciencia de la población”.
Así
reza en el portal de la página de Internet del CETA, sin ornamento lírico ni
prosaico, se fija una misión en forma secreta y sin vanidad. Sin embargo, es
ardua tarea la que se expresa en esas reducidas significancias.
Soy
testigo de la encomiable labor que realiza desde hace cuarenta años, un Quijote
en la selva de bárbaros e irresponsables gobernantes, donde sólo la palabra
“cultura” saca ronchas y se cierran arcas que si bien es cierto son de los
contribuyentes, estos, son manejados por una horda de rapaces y analfabetos.
Venciendo toda previsión aciaga, tomando como lema el desafío a las
inclemencias, un equipo idóneo entorna al R.P. Joaquín García Sánchez del
Septentrión de San León del Amazonas, ungido con el valor de su Orden Agustina
y la revelación celestial, dirige esta nave Cetiana en el amplio serpenteo del
ámbito amazónico: investigación científica, publicaciones históricas,
biblioteca, exposiciones, formación académica de alto nivel, y, mucho más.
Contra viento y marea, y cualquier consideración fúnebre, ha conquistado el
espacio CULTURAL que ninguna organización ha podido lograr en lo que va de
formación en el departamento de Loreto, extendiendo sus alcances al Perú y el
extranjero en su afán de universalización.
Escribir
sobre esta Asociación me exalta sobre manera, ya que no se trata del culto a la
frivolidad, sino al contrario a ese extraño reto a este mundo globalizado, que
los grandes medios satelitales nos han dado vivir en prejuicio de la lectura y
la cultura dirigida para los pueblos aborígenes.
La
Academia Sueca del Premio Nobel, debería advertir esta encomiable misión del
CETA, a quien saludo en sus cuarenta onomástico, deseándole una inspiradora
larga vida, en bien de la cultura de nuestros pueblos amazónicos.
Tomado del Semanario KANATARI - 20 Mayo 2012 - Nº1444
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