domingo, 29 de julio de 2012

El liberalismo y su influencia en la crisis económica en España

English: Adam Smith statue in Edinburgh's High...
Adam Smith. (Photo credit: Wikipedia)
Escribe: Neil Vega Murrieta

La crisis económica y financiera actual está demostrando lo importante que es considerar aspectos morales y éticos al tomar decisiones empresariales, simple y llanamente porque queda nuevamente demostrado que sus repercusiones van más allá de su ámbito económico y financiero al tocar también lo social, lo político e institucional, o lo ambiental.

Respecto a esto último ha quedado evidenciado sobremanera, la forma en que desde principalmente el ámbito empresarial se ha ido poniendo en jaque al sostenimiento presente y futuro del planeta y al de la humanidad en su conjunto, con una actuación en las últimas décadas sobre la base de meros imperativos de mercado que priorizaban el lucro o beneficio y desdeñaban elementos de la razón y la equidad.

Adam Smith, el 'laissez faire' y los Fisiócratas

 

Predisposición cuyos orígenes se encuentra en la tendencia económica liberalizadora que en el mundo occidental predomina a partir del principio del laissez faire planteado en el siglo XVIII por los fisiócratas franceses, y en el cual profundiza A. Smith en La riqueza de las naciones publicada en el año 1776.


Según el cual las empresas, la competencia y el mercado son conducidos como por una “mano invisible” a la maximización del bienestar social, produciendo las cantidades de bienes y servicios que los consumidores necesitan al menor costo y sin necesidad de control sobre las decisiones de producción y consumo.

Las premisas ignoradas del liberalismo de Adam Smith

Ignorándose que el también considerado padre del capitalismo en su obra preliminar La teoría de los sentimientos morales, profundiza en las que considera las condiciones esenciales para lograrlo. Las cuales el hombre ha desdeñado a vista de los resultados de su quehacer diario y personal en la sociedad en los últimos dos siglos, básicamente por haber estado casi siempre motivado por intereses particulares que son generalmente incompatibles con el bien común.

Pensamiento económico, mercado y Estado en los siglos XIX y XX

 

Ello explica que en el siglo XIX haya existido una predisposición a centrar en el Estado las funciones de defensa nacional o emisión monetaria, y a dejar al ámbito privado la producción y distribución de bienes y servicios. Lo que continua en el siglo XX hasta la Gran Depresión de 1929, cuando vuelven ideas propulsoras de la intervención estatal para revertir la situación de crisis generada, en el marco de los planteamientos de J. M. Keynes y su Revolución Keynesiana.

 

Resurgiendo, así, un intervencionismo económico de la mano de un relativo período de bonanza económica al término de la II Guerra Mundial, que tiende a expandir al sector público hasta la década del setenta al existir un elevado déficit público, que tiende a su vez a evidenciar una cierta incapacidad del Estado para alcanzar sus objetivos económicos y sociales.


Economía y Estado a comienzos del siglo  XXI

Revirtiéndose nuevamente la situación al empezar a transferirse al ámbito privado innumerables funciones estatales, en el marco de procesos de privatización de empresas públicas que hacen que el Estado empieza a centrarse en la promoción y protección de la competencia, y a garantizar un marco jurídico en el que los agentes económicos desarrollen sus actividades con normalidad y seguridad.

La economía de España y el ‘boom’ inmobiliario y de la construcción

 

Lo que genera un contexto de libertad económica que, en el caso de España, incita un notable proceso de crecimiento económico desde finales de los ochenta –tras el ingreso del país a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986-, pero que revela finalmente una desmedida e insostenible sustentación en el boom económico producido en un sector económico concreto: el inmobiliario y de la construcción.


Durante el cual se construyen casas o pisos muy por encima de la demanda habitual, que hacen que a finales del año 2008 exista en España un parque  de 26.230.579 viviendas, sobre un total de 16,90 millones de familias; es decir, un promedio de 1,55 viviendas por cada familia hispana.

El paro o desempleo como consecuencia de la crisis en España

Excedente de viviendas que desde el inicio de la actual crisis global no está siendo fácil vender, y si a ello se suman los impagos de las casas o pisos previamente vendidos, puede entenderse el nivel del apuro económico manifestado especialmente en el nivel de desempleo actualmente existente, en el que la economía española en particular y la sociedad ibérica en general, se encuentra por haber actuado sin cierta perspectiva y moderación.
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